Los chorizos chuquisaqueños se originaron en el siglo XIX y sus protagonistas son las hermanas Saavedra.
Ambas trabajaban para una familia alemana que preparaba embutidos, conocían bien la técnica y crearon su propia receta con ingredientes de Bolivia.
Primero preparar la tripa, asegurarse de lavarla bien y quitarle las asperezas hasta que tenga una apariencia transparente.
Volver a embutir con espacio de un centímetro, y repetir el proceso hasta terminar.
Freír los chorizos en aceite caliente hasta que estén doradas y completamente cocidas.
Finalmente sirve en un plato el chorizo acompañado del pan frito, la ensalada y la llajua.