El equipo soviético alegó falta de garantías también a su seguridad personal ante el hecho que el equipo pudiera ser arrestado al bajar del Avión a pesar de que se encontraban con protección diplomática.
[8] El itinerario indicaba un viaje hacía México, donde Chile se enfrentaría a su similar mexicano, para luego todo el plantel partir hacia Europa.
[6][3] La selección chilena se hospedó en el Hotel Ukrania, en donde recibió la visita de Volodia Teitelboim.
Las autoridades soviéticas prohibieron la entrada de periodistas y cámaras al estadio, no siendo transmitido por la televisión.
[5] Además, la selección chilena fue recibida por pifias del público local, que llegaba a los 60 mil espectadores.
[6] El gobierno y los medios de comunicación soviéticos se sintieron humillados por el resultado, ya que esperaban una victoria fácil en su propia tierra.
[5][12] Los soviéticos exigían jugar el partido en cualquier otro país neutral, a lo que se negaron tanto Chile como la FIFA.
[2] La FIFA envió a Santiago una comisión especial presidida por su secretario general, el suizo Helmuth Kaeser, quienes visitó el Estado Nacional, arreglado un poco para la ocasión, pero en el que aún había unos 7000 detenidos.
[5][13] Chile exigió una indemnización de 200 000 dólares si no se presentaban los soviéticos, alegando que no podían poner las entradas a la venta y debido a los gastos de preparación del partido.
El «partido» tuvo una asistencia de 17 418 personas,[3] y duró, literalmente, 30 segundos, lo que tardó la selección chilena en marcar un gol desde el saque inicial.
[3] La FIFA definió el asunto en enero de 1974, tras declarar el partido como victoria chilena por walkover, debido a la inasistencia del equipo soviético, pero sin conceder la indemnización reclamada por los sudamericanos.
[15] En años posteriores, algunos miembros del equipo soviético manifestaron haber pensado que su gobierno no quería perder ante un país con una ideología política diferente y que en su lugar obtuvieron una victoria moral ante los ojos del mundo.
Por su parte Chile se sumó al boicot estadounidense a los Juegos Olímpicos de Moscú 1980.