Trabajó primero en el hospital de Ruan en donde participó en la elaboración de un suero contra la difteria.
En 1903, asumió la dirección del Instituto Pasteur en Túnez, y allí trabajó en diversas enfermedades infecciosas, como el tifus y la malaria y estudiando el papel que desempeñan algunos animales en su propagación.
Así, en 1909 descubre que el piojo es el principal transmisor del tifus.
Con esta constatación, se llega a la consecuencia de que la eliminación de los piojos será necesaria para evitar la transmisión de la enfermedad y para salvara vidas.
Recibió el Premio Nobel de Medicina en 1928.