En principio se dedicaban a comercializar productos agrícolas, después a vender pescado y finalmente comenzaron a conservar en salazón la anchoa y la sardina que se pescaban en verano, cuando no había nieve.Las especies exóticas de los jardines, como el bambú o las dos grandes araucarias que flanquean la fachada de la calle Colón, se trajeron en los viajes de la empresa Lloret y Llinares por el mundo.Contiene una gran variedad de especies que lo convierten en un auténtico jardín botánico histórico.Estas dependencias ocupan parte de la planta baja del chalet y para el resto de espacios, incluyendo los jardines, se plantea su musealización y adaptación para la visita pública.La arquitectura de Juan Vidal muestra con frecuencia un estilo “ecléctico”, es decir, una mezcla de estilos clásicos y modernos típica de la época: así, en el Chalet de Centella vemos en la fachada este un frontón que recuerda los templos griegos; sobre él podemos ver pináculos con bolas neobarrocos y en la rica decoración interior encontramos toques modernistas (por ejemplo, en la azulejería valenciana de la primera planta) e incluso de estilo colonial.