Castillo de Pau

Obra ante todo militar, es un castillo muy típico, construido en lo alto de la pequeña colina que domina el Torrente pirenaico.

Estas estacas, simbolizando la fidelidad y la rectitud, se presentan cada uno como el axis mundi, en una versión bearnesa.

Fue su nieto quien dio al castillo el renombre que tiene hoy: no por alguna empresa de arquitectura, ni por su propia voluntad.

Luego sirvió sobre todo de prisión dorada al Emir Abd El-Kader, vencido por Francia en Argelia.

Luis Felipe, exiliado a Inglaterra, jamás pudo permanecer en este lugar, en el que recibió la visita de Napoleón III.

Patio interior del castillo de Pau según una fotografía de 1901.
El caparazón-cuna de Enrique IV.