Cestrum racemosum

[4]​ Desde épocas prehispánicas en Costa Rica se han consumido sus hojas tiernas en picadillos, sopas o revueltas con huevo.

Actualmente se le considera un alimento subutilizado pero con gran potencial debido a sus características nutricionales y su importante aporte de aminoácidos y hierro a la dieta, por esta razón se le considera también un tratamiento tradicional efectivo contra la anemia.

[5]​ Se sigue consumiendo en algunas partes del Valle Central (Santa Ana, Heredia), en el cantón de Mora (Ciudad Colón), Puriscal y en la Zona Sur del país donde se acostumbra sembrarlo en patios caseros o huertos.

[7]​ Se propaga fácilmente a través de estacas leñosas o por semillas.

No tiene requerimientos especiales en cuanto a suelo, cuidados o riego, adaptándose bien incluso a zonas con varios meses de sequía y suelos pobres, siempre y cuando reciba suficiente agua durante el resto del año.