Una cerradura es un mecanismo de metal instalada para impedir que puertas y tapas se puedan abrir sin una llave.
Se utilizarán distintos instrumentos que con el paso del tiempo han ido cambiando y mejorando volviendo el oficio de la cerrajería más rápido y eficiente: En un principio se conocían como herreros, trabajaban especialmente con metales, produciendo ornamentos que servían como divisiones entre casas, parecidos a los portones de hoy en día.
El origen de la palabra cerradura viene del latín serrare, que significa «cerrar».
En el siglo XVI y principalmente en el XVII habían alcanzado gran importancia en la vida cortesana.
Las civilizaciones mesoamericanas crearon complejos desarrollos urbanos tales como Monte Albán, el Palacio de Palenque, la pirámide del sol en Teotihuacán.
Todas estas maravillas se encontraban resguardadas por los mismos habitantes y no tenían grandes adelantos en ingeniería de seguridad.
Con el uso de la forja se empezaron a moldear y crear las primeras cerraduras en América que adornaron majestuosamente la arquitectura del Virreinato.
Pasada la segunda mitad del siglo XVI aparece legalmente el gremio de cerrajeros.
Este trabajo se estableció en un área de la ciudad, que hoy en día es por donde pasa la calle 14 poniente, a la altura entre la 5 y la 3 norte.