Esta tecnología fue desarrollada en la Antigüedad de manera independiente y paralela por los sumerios, indios, chinos, mesoamericanos e incas, la cual fue adoptada por civilizaciones contemporáneas o posteriores.La principal ventaja de este procedimiento es la estrecha tolerancia dimensional, que no puede conseguirse mediante otros procesos.Se elabora un modelo provisional de cera, escayola u otro material, generalmente rígido, siguiendo o reproduciendo el diseño que ha ideado el artista.Actualmente existen otros materiales que pueden sustituir a la cera de abeja para la realización del modelo como son la parafina, arcillas poliméricas, etc. A veces se realiza un paso intermedio para conseguir mayor perfección.El molde debe ser prácticamente estanco, lo que obliga a fijarlo fuertemente con unos ganchos.Se aplican tantas capas como sea necesario, para crear un molde hermético, de una sola pieza.Si la figura es monumental es conveniente conseguir que sea hueca, pues la cantidad de bronce puede ser excesiva, repercutiendo tanto en peso como en coste económico.El molde, convertido en un bloque sólido y resistente, ya se puede llevar al horno de mufla.Una vez enfriado el bronce, se procede al desmoldado, que solo puede hacerse destruyendo el bloque de material refractario (puesto que este es de una sola pieza y no es posible abrirlo sin romperlo).También se añaden complementos de todo tipo, por ejemplo en la cultura griega, los broncistas griegos forraban los labios de sus estatuas con cobre, para que fuesen más rojizos, incrustaban pasta vítrea blanca para dientes y ojos, pasta negra para el iris, se añadían las pestañas.En efecto, era normal que los grandes conjuntos escultóricos de bronce fueran fundidos por fragmentos separados, tal es el caso de la estatua ecuestre del emperador Marco Aurelio, en el que caballo y humano se hicieron independientemente, así como los arreos, armas y otros ornamentos.