Y Felipe, un joven irresistiblemente apuesto perteneciente a una familia millonaria, ha tomado malas decisiones financieras y despilfarrado su herencia, encontrándose ahora en una situación económica desesperada.
Como todo el país conoce su apellido, jamás imaginarán que ya no es millonario.
Gustavo insiste en que una vez que tenga en sus manos los cien mil dólares de premio, a los cuales tendrá acceso como parte del patrimonio conyugal, podrá invertirlos bien y comenzar de nuevo.
Aconsejada por su mejor amiga, Eva decide hacerse pasar por una jovencita humilde, dulce y sumisa.
Durante ese año crucial, un profundo sentimiento va creciendo entre ellos, a pesar de los innumerables obstáculos puestos por Valentina, la malcriada y codiciosa prometida de Felipe, quien forma una alianza con el sinvergüenza de Eduardo para destruir la felicidad que Eva y Felipe encuentran por azar.