José Cayetano Carreño

Siendo todavía un infante fue protegido por el sacerdote Alejandro Carreño, quien le dio su apellido.

En ocasión de este nombramiento ofreció al Cabildo Eclesiástico varias obras suyas: 6 lamentaciones, un Miserere, un Christus factus est y 2 motetes.

Aunque no formó parte de la escuela del padre Sojo (la famosa Escuela de Chacao), estuvo vinculado a ella y aprovechó sus enseñanzas.

Enseñó música a varios de sus hijos para dedicarlos a esa profesión: Así, Juan de la Cruz Carreño y Juan Bautista Carreño se convirtieron en compositores y Carreño Ciriaco se convirtió en cantante y organista.

Su obra musical lo sitúa entre los primeros compositores nativos de música religiosa como misas, motetes, salmos y diversos cantos religiosos en un país que sobresale por su importante contribución a la música durante el periodo colonial.