Selinunte era un ciudad griega que estaba situada a 13 km al suroeste de la cantera.
Esto se debió a la llegada imprevista e indeseada del invasor cartaginés Aníbal Magón.
La presencia enemiga obligó a evacuar repentinamente a los obreros, que interrumpieron sus actividades dejando atrás capiteles inacabados y trozos de columnas presentes in situ, que permiten conocer con detalle todos los pasos del proceso: desde las primeras incisiones circulares y profundas hasta los tambores utilizados para el transporte[4][7][8] Los trabajadores consiguieron escapar del ataque bélico, teniendo que interrumpir sus actividades y abandonar la zona.
La investigación arqueológica del sitio nos ha dado mucha información sobre la Cueva de Cusa y cómo se usó.
El lugar, sin embargo, presenta un contraste entre el paisaje rural, invadido por flores silvestres, y los elementos arquitectónicos de la antigüedad.