Tras estudiar un largo curso sobre ascetismo en el convento laico de los Miramiones, en París, Théot ya no volvió a gozar de buena salud mental, llegando a proclamar en 1779 ser la Virgen María, la nueva Eva y la madre de Dios.
Tras permanecer internada por varios años en el Hospital de la Pitié-Salpêtrière, fue liberada en 1782.
Théot dijo a sus seguidores que "Dios había permitido 1789" y que las leyes revolucionarias habían sido elaboradas mediante la inspiración de Dios, afirmando que desobedecer a la Convención suponía desobedecerlo a Él.
Los enemigos del político, resentidos por sus fines teocráticos, utilizaron sus vínculos con los theotistas como medio para vengarse.
El conocido como "asunto de Catherine Théot" convirtió a la supuesta profeta en un personaje público en 1794.