[2][3][4] Este mito se originó en la ficción de Henry Nevinson (1913: Essays in Rebellion) y Charles Marriott (1913: The Catfish).
Quien practica el catfishing lo hace para parecer una mejor versión de sí misma al usar una identidad falsa.
En 2015, tres jóvenes crearon un perfil falso en las redes sociales y lograron robarle $3300 al Estado Islámico, un grupo terrorista.
Un oficial de reclutamiento se les había acercado y ellas le pidieron dinero para viajar a Siria.
Es una forma novedosa para que depredadores sexuales interactúen con sus víctimas y acaben causándoles daños.
Algunas de estas pueden ser: Durante cuatro años, una mujer suplantó la identidad del actor australiano Lincoln Lewis.
Esto conllevó el suicidio de una víctima, que en un momento dado se había acercado al verdadero Lincoln Lewis.
Más concretamente, la joven se hizo pasar por una estudiante de último año ficticia para mantenerse en contacto con su interés amoroso.