Catedral de San Pedro (Montpellier)

La catedral tiene una fachada principal muy poco habitual, con dos grandes pilares exentos (de 4,55 m de diámetro) y un baldaquino delante del portal principal, casi los únicos restos originales de la primitiva iglesia monacal del siglo XIV y que ahora son puramente decorativos.

El portal gótico lateral, inaugurado en 1875 y consagrado a la Virgen, es obra del escultor Auguste Baussan.

La catedral de San Pedro fue originalmente la capilla del monasterio-colegio Saint-Benoît Saint-Germain, fundado en 1364 por el papa Urbano V.

Esta iglesia fue erigida en catedral en 1536, cuando la sede episcopal fue trasladada desde la cercana localidad costera de Maguelone a Montpellier.

El historiador montpellerino Louise Guiraud describe precisamente la arquitectura del edificio y la composición de las diferentes capillas.

El edificio estaba equipado con defensas importantes, que le convertían en una fortaleza.

A finales del siglo XVI, también fue conocida como «fort Saint-Pierre».

La entrada está precedida por un porche masivo, que consta de dos pilares cilíndricos y una bóveda que conecta los pilares conn la fachada de la iglesia.

El altar mayor estaba rodeado por un retablo de plata dorada.

La magnitud de la masacre varía entre 8 y 50 muertes, según los cronistas.

Sin embargo, los cónsules de la ciudad (todos protestantes) lograron preservar el tesoro estableciendo un inventario.

La cubierta del coro fue decorada con azulejos «à la mode bourguignonne» [a la manera borgoñona].

En mayo de 2011, se realizó una nueva restauración, confiada a Manufacture d'Orgues Giroud Successeurs.

Las tres campanas se clasifican en el patrimonio de los monumentos históricos desde 1959.

Girola de la catedral de San Pedro
El gran órgano Lépine, restaurado por Kern.