En 2018, repitió esta última distinción y ganó el Trofeo Hermann a la mejor jugadora de fútbol universitario.
En 2011, a la edad de 12 años y sin hablar inglés, Macário se mudó con su padre y su hermano a San Diego, California, para perseguir su sueño de jugar al fútbol.
Su madre, médica, permaneció en Brasil para mantener económicamente a la familia.
En su primer año, jugó 25 partidos, marcó 17 goles y consiguió 16 asistencias.
[7] En 2018, su segundo año de universidad, Macário anotó 14 goles con 8 asistencias en 19 partidos jugados.
[23][24] Más tarde, el mismo día, anunció en Twitter que había adquirido la ciudadanía estadounidense.