En 1503 el rey le pidió explicaciones acerca de las exacciones del alcaide con los pobladores de Hornillos de Cerrato, a los cuales forzaba a realizar guardias en la fortaleza.[1] En 1530 el castillo pasa, junto con el señorío del pueblo, a manos de Francisco de Cobos, secretario del rey Carlos I.En la del sudeste existe tallado un escudo heráldico con forma de aspa, y en el exterior posee una imposta que arranca desde el primer piso, grandes ventanas, troneras de buzón y un remate de almenas.Todo ello le da la característica de fortaleza artillera.[2] Su estado es ruinoso, por lo menos desde el siglo XVIII; solo se conservan el frente este y una puerta prácticamente enterrada con arco de medio punto en el muro norte.