El acceso exterior es libre; para ver su interior hay que dirigirse al ayuntamiento en horario de oficina.
Después pasaría a ser de la Familia Bazán, quienes construyeron un palacio en su interior abriendo grandes ventanales con vistas al desaparecido puente medieval.
Tras ser abandonado, se desmontaron todas sus edificaciones nobles interiores para construir una gran casa fuera del castillo; hechos que fueron origen de un pleito entre el propietario- el Conde de Miranda- y su arrendatario, a finales del siglo XVIII.
Finalmente se construyó un pósito en su interior, que acabaría transformándose en vivienda y dependencias agrícolas, hoy día en desuso.
El potencial arqueológico es innegable, la campaña realizada en 2011 lo constató sobrepasando todas las expectativas, ya que se descubrió la puerta original del recinto y su torre y se identificaron al menos 3 niveles de ocupación en su interior.