En 1335, durante una incursión tártara, Râșnov y Brașov eran los únicos lugares fortificados que no fueron conquistados.
[3] En 1600, Miguel el Valiente se retiró aquí con sus tropas y su esposa Doamna Stanca tras la derrota en la batalla de Mirăslău.
En 1612, bajo el señorío de Gabriel Báthory la fortaleza fue por primera y única vez conquistada, debido a la falta de agua motivada por el descubrimiento por parte del enemigo del sendero que llevaba a un manantial secreto.
En 1821, miembros del movimiento revolucionario liderado por Tudor Vladimirescu se refugiaron en la ciudadela en su retirada.
Tras las dos guerras mundiales y el establecimiento del comunismo en Rumanía la fortaleza fue restaurada por primera vez en los años 1955–1956.
[1] Entre 2000–2007, un emprendedor italiano transformó las ruinas en abandono en una pintoresca atracción turística destruyendo y reconstruyendo arbitrariamente partes de los restos arqueológicos.
Las torres y las murallas están cubiertas con tejas para impedir que los atacantes las incendiaran en caso de asedio.
El patio interior representa la parte habitable, por lo que está mejor protegida con muros y torres.
Toda el área superior se halla defendido por torres exteriores sobre el flanco septentrional y el ángulo occidental.