A la muerte de Ramón, el alodio (aunque no figura como castillo), tenía que pasar al hermano Folc o a sus hijos.
Folc heredó el alodio en 1074, al encontrarse gravemente enfermo, hizo el voto que si se curaba entraría al monasterio de Ripoll como monje.
Así sucedió aportando el alodio de Quer como dotación.
En 1170 Guillem de Llusá en su testamento asignaba todo el derecho que tenía del castillo de Quer a su pariente Gombau de Besora y, si este no lo aceptaba, tenía que pasar a su hermano Bernardo.
Hacia 1242, Pedro de Llusá donó el castillo del Quer a su segundo, Mir, casado con Elissendis de Oló.
Es circular, hecha con sillar regular románico hasta las tres cuartas partes de su altura.