Está inscrito y protegido como Bien de Interés Cultural.
El castillo forma parte de una estructura amurallada que servía como defensa de la población y cuyo origen se remonta a los siglos VIII y IX, durante el Emirato de Córdoba, aunque sufre algunas modificaciones posteriores durante el Califato, ya en el siglo X.
Hasta la actualidad ha sobrevivido la torre del homenaje y la plaza de armas, de unas dimensiones de 40 x 30 metros, en la que se encuentra un aljibe, probablemente del siglo XIV, restaurado en torno a 1985 por Antonio Castro Escobar.
Estas demoliciones estaban incluidas en un proceso de restauración comenzado en 2015 por la arquitecta Monique Betancourt y financiado tanto por la Diputación de Córdoba como por el Ayuntamiento; que además contempló la reconstrucción de la torre noroeste y parte del adarve.
[3] En 2021 se anunció la restauración de la torre del homenaje, con un presupuesto de 42.560 euros, cuyos trabajos estarán precedidos por una cata arqueológica.