Castillo de Guevara

[1]​ El castillo tuvo mucho protagonismo entre las guerras banderizas entre diferentes linajes de la nobleza rural, aglutinados en torno a dos familias: los Gamboa y los Oñaz, dando origen a los bandos de los gamboínos y oñacinos.

Tras las guerras de bandos, se cree que dicho castillo fue abandonado (a finales del siglo XV o en el siglo XVI) Durante la primera guerra carlista, Guevara fue un bastión de los carlistas, acantonados en el castillo.

En la Carta Segunda la condesa escribía esto: “Desde Galareta hasta Vitoria disfrutamos de un camino más agradable que el del día anterior.

Don Fernando me había referido que pasaríamos cerca del castillo de Quebaro (Guevara), en el cual habitaba un duende; me contó muchas extravagancias de que los naturales del país están persuadidos, hasta el punto de no haber quien se refugie bajo los techos del castillo, hacia el cual me sentí atraída, pues aunque soy por naturaleza pusilánime, no temo a los espíritus, y aun cuando algo hubiera temido, me tranquilizaría al verme rodeada por numeroso acompañamiento.

El dueño de la posada nos manifestó que el duende no gustaba de ser molestado, y si tal deseo tenía, por muchos que fuéramos nos golpearía muy a su sabor hasta dejarnos medio muertos.

Veíase a esta señora sentada como una reina, entre varias damas, y al rey poniéndole sobre la cabeza una corona de flores.

En otro lugar ella descansaba en un bosque, a la sombra de un árbol, y el rey le ofrecía un halcón.

También la vimos vestida en traje guerrero; el rey, armado, le ofrecía una espada, lo cual me hace pensar si Doña María siguió a D. Pedro en alguna campaña.

Vista del castillo en una ilustración de la primera mitad del siglo XIX
Ilustración castillo de Guevara