Es el castillo o casa fortificada más grande de la comarca.
A partir de mediados del siglo XI aparece la saga de los Concabella que mantienen el dominio del castillo hasta el siglo XIV.
A lo largo del siglo XV estuvo en poder de los Requesens.
A partir del siglo XVI serían propietarios los Erill, que transformaron la antigua fortaleza en un palacio señorial que conservaron a lo largo de tres siglos.
En una primera fase se arregla el tejado y en una segunda se desmantela el café que fue introducido en 1953 en la fachada meridional y que desfiguraba la fisonomía originaria del castillo.