Según la leyenda, los campesinos fueron admitidos por el cocinero del castillo, pero no le recompensaron con el oro prometido, sino que lo cegaron y lo mataron; según dicen, desde entonces su alma inquieta ha vagueado por el castillo en noches tempestuosas, picando en su tabla de cortar.
Todo esto se acabó alrededor del aňo 1830, cuando la gente comenzó a interesarse por el Romanticismo y la Edad Media.
Esto se manifestó, por ejemplo, en el aňo 1881 al fundarse la asociación "Botenlaube-Verein", cuyo principal objetivo era convertir el castillo en atracción turística.
Durante la segunda mitad del siglo XX, se han realizado trabajos de restauración.
Hoy en día, se celebra anualmente en septiembre la fiesta "Burgfest" rememorando la vida cotidiana dentro del castillo durante la Edad Media.