Mir de Tost lo cedió en dote a su hija Valença, quien se casó con el conde de Pallars Jussá, y a su nieto Arnau.
En 1071, aunque, este último lo deja en testamento a su hijo Pedro.
Sin embargo, un año después vuelve a constar un Orcau como señor de Basturs: Arnau de Orcau.
Hasta la extinción de los señoríos, este castillo permaneció unido a la baronía de Orcau.
En efecto, no se trataba sólo del recinto del castillo, sino que sus paredes externas debían incluir el poblado viejo de Basturs.