Sin embargo, los elementos decorativos sitúan la obra avanzado el siglo XV, cuando Tomás Sorells Segarriga compró el señorío de Albalat.
Las obras y reformas del edificio se han sucedido a lo largo del tiempo de manera que en la actualidad presenta una gran amalgama de estilos y fábricas que dificultan enormemente su lectura original.
Estaba rodeado de un extenso huerto excepto por la fachada que da a la plaza.
Los techos son simples, según la tradición del gótico valenciano.
La cubierta del edificio está inclinada hacia el exterior y construida de teja moruna.