Su principal producto es el látex que se sangra del tronco y sirve para fabricar pelotas, guantes, impermeables, adhesivos, pinturas e impermeabilizantes.
Constituyó la fuente principal de hule natural tanto en México como en América Central.
En el Siglo XVIII (Francisco Javier Clavijero) se utilizaba para hacer capas, botas y sombreros impermeables al agua.
La Sociedad Mexicana de Historia Natural, en el siglo XIX, relata los usos siguientes: antidiarréico, antidisentérico, contra cefalalgias, emenagogo, esterilidad, migraña; disuelve las nubes de los ojos y limpia el útero.
En el siglo XX, Alfonso Herrera Fernández menciona: se fabrican objetos de farmacia con esta sustancia.
Maximino Martínez, la prescribe para abscesos, como antidisentérico, contra enfermedades de los ojos, quemaduras, ronquera y supuración.