El Caso de Edgardo Mortara o simplemente caso Mortara (en italiano: caso Mortara) fue un incidente y causa célebre que tuvo mucha repercusión en Europa y Estados Unidos durante los años 1850 y 1860.
Mortara fue separado forzosamente de su familia y enviado a una institución católica, donde fue criado en dicha fe bajo la protección del papa Pío IX, luego convirtiéndose en sacerdote durante su adultez.
[1] A finales del año 1857, al inquisidor de Bolonia Pier Feletti le llegaron rumores de que Anna Morisi, sirviente de la familia Mortara durante seis años, había bautizado en secreto al menor Edgardo al pensar que se encontraba a punto de morir, a pesar de su condición de judío.
A consecuencia de ello, surgieron diversas protestas internacionales, pero el Papa no cedió.
El menor acabó estudiando para sacerdote en Roma hasta el año 1870, en el que el Reino de Italia capturó los Estados Pontificios, poniendo fin a los mismos.