Tras un intercambio de palabras, los agentes se retiraron, pero a los pocos minutos volvieron, tomaron sus datos, la golpearon, insultaron y la subieron al vehículo policial.
[1] Al llegar a la Comisaría de Casa Grande, en la región La Libertad, Rojas fue desnudada, golpeada, torturada y violentada sexualmente.
En agosto de ese año, juez declaró improcedente el pedido de nulidad, pero la Fiscalía apeló esta decisión y fue declarado como inadmisible, por lo que la denuncia agotó la vía penal y el caso fue cerrado.
[1] Tras ver negado su acceso a la justicia, Azul Rojas fue apoyada por organizaciones defensoras de los Derechos LGBT que llevaron el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que admitió la demanda en 2018, al encontrar indicios suficientes para considerar un especial ensañamiento contra una persona LGBT+.
[2] Durante el acto, Azul Rojas encendió una vela en el retrato de su madre, Juana Rosa Tanta Marín, quien fue incluida en la sentencia y que falleció en 2017.