Los otros hijos de Casilda, fueron: Francisca, nacida seguramente hacia 1618, y Joseph sobre 1622.
El esposo, Juan Ortiz de Luyando, falleció sobre 1623, dejando a Casilda viuda, con apenas 26 años y cuatro hijos.
Su hija Francisca, obtuvo el puesto de Dama menina; pasando todos a residir en el palacio del Real Alcázar madrileño.
La guarda mayor de las damas tenía derecho a portero y criadas propias.
Por su cargo como guarda mayor, Casilda tenía trato frecuente con la reina y con el rey, a quien gustaba conocer los cotilleos de la Corte.
En noviembre de 1641, don Fernando cayó enfermo y falleció, siendo el niño Carlos Fernando reclamado por el rey para que volviese a Madrid, según describe un memorial, del archivo del Duque de Osuna, presentado en 1671 a la Reina-regente, en solicitud de ayuda y acomodo a su servicio.
Francisca al parecer no llegaría pues falleció poco antes "estando recibida por la emperatriz María"; siendo enterrada en el convento madrileño de la Encarnación, también próximo a palacio.
Este año de 1642, del viaje a Alemania, fue para Casilda además complicado burocráticamente porque tuvo que rendir cuentas judicialmente y adjudicar a sus hijos la herencia del padre Juán Ortiz de Luyando que aún administraba ella.
Mariana, inicialmente estaba destinada a esposarse con el príncipe Baltasar Carlos, pero al fallecer éste, vendría a España, ofrecida por su padre el emperador Fernando III de Austria, para casarse con su avejentado tío el rey Felipe, de 45 años.
En la numerosa comitiva viajaban también su hermano (rey de Hungría y Bohemia, que aprovechó la ocasión para apropiarse de los regalos destinados a su hermana)), y su confesor, el padre Juan Everardo Nithard.
Dada la influencia que con la nueva reina ahora tenía, procuró volver a mejorar los empleos de sus hijos.
El 21 de septiembre firmó el que sería su primer testamento; debió hacer otro con posterioridad, pero desgraciadamente no ha sido hallado... hasta la fecha.
Hay una curiosa disposición testamentaria, probablemente dedicada a su hijo Carlos Fernando para incluirlo una vez fallecida, sin que se pudiera conocer nada hasta entonces: ...“Y también declaro que dejo ciertas mandas y legados escritas y firmadas de mi mano en un papel que se hallará entre mis papeles de los escritorios, sellado y cerrado con mi sello de las armas de Luyando.
Pronto vendrían hasta dos hijos, Antonio Fernando de Austria (que entraría de frayle trinitario en Córdoba) y Mariana Fernando de Austria y M (según consta en el citado memorial que presentó a la reina-regente, en 1671, contaba ya con esposa y tres hijos).
En noviembre de 1661, al rey le había nacido un niño débil y enfermizo, fruto de la última “relación a término”, según confesión del propio avejentado monarca.
El rey Felipe pasó sus últimos años preocupado por su sucesor y por el desmoronamiento de un imperio que achacaba al castigo divino por sus muchos pecados....
Para Casilda Manrique los últimos tiempos, debieron transcurrir más agitadamente de lo que ella hubiera deseado.