Debido a la erupción del Vesubio en el año 79, fue sepultada en un manto de lava y cenizas hasta que se procedió a realizar excavaciones en el interior de la ciudad, siendo descubierta en 1770, durante el período borbónico, por el español Francisco La Vega.Pasada la entrada, que da directamente a la calle hay un pequeño pasillo (fauces) que conduce directamente al atrio (atrium), donde en el siglo II a. C. se añadió un impluvium de toba.Se disponía al fondo de la casa de una entrada secundaria y otra serie de estancias como cocina con chimenea o letrinas que estaban decoradas con un panel, hoy perdido, donde se representaba un genio que vertía libaciones en un altar sostenido por dos serpientes.En malas condiciones, se conserva un fresco que representa un larario (lararium).[3] Todavía es posible contemplar, en torno a una ventana que da al jardín, varios restos de pintura del primer estilo pompeyano la que da al exterior (siglo II a. C.) y del cuarto estilo pompeyano la que da al interior (después del año 50).