Sin embargo, el 14 de junio de 1778 se otorgó una nueva escritura que estipulaba que en la institución tendría siempre un carácter seglar, de manera que nunca interviniera ninguna autoridad eclesiástica, ni se seguirían reglas o constituciones religiosas, ni se convirtiera en convento ni tuviera carácter de beaterio.
[5] En 1782 las fundadoras pidieron al rey que recibiera la institución bajo real patronato para constituir el hospicio en un colegio a imitación del colegio de las Vizcaínas.
En respuesta, el rey pidió un informe en 1785 para que el consejo estudiara si se otorgaba al hospicio el beneficio.
Básicamente, se liberó al edificio de los añadidos hechos en los siglos XIX-XX con lo que se recuperaron la arquería del enorme patio y su fuente.
Para los departamentos idearon una disposición que le permitiera a la mayoría disfrutar la vista al patio.