Destaca la entrada realizada a base de una abertura en arco carpanel en sillar, rematada lateralmente en dos gruesas volutas.
En el centro se eleva un cuerpo a modo de ático con hornacina y frontón partido, con el vértice triangular, que contiene un escudo y dos pináculos al estilo barroco.
La portada de la capilla, realizada en sillar, se estructura en un arco apuntado formado por molduras y motivos florales que enmarca tres rosetones.
En el interior se conservan dos retablos barrocos de escuela castellana.
En la finca se observa una casa adosada al muro, probablemente del siglo XIX por su arquitectura de carácter industrial, que perteneció a los guardeses del palacio.