La casa chica es una forma de concubinato de la sociedad mexicana que data al menos de tiempos de la Conquista de México por los españoles.
Consiste en una familia secundaria, con mujer e hijos, que algunos varones casados mantienen aparte de su familia principal (la casa grande).
El varón corre con los gastos de esta segunda familia y la visita con frecuencia variable, pero sus miembros tienen un rango social inferior al de la "legítima", y no hay lazos formales de matrimonio entre él y su otra mujer.
Entre los motivos de esta costumbre se encuentran el mayor estatus social tradicionalmente atribuido a un hombre con varias mujeres (lo que indica tanto potencia sexual como capacidad pecuniaria) y la realidad de que las mujeres viudas o abandonadas por otros hombres no podían aspirar a un matrimonio tradicional.
Con la modernización de la sociedad mexicana (emancipación de la mujer, mayor coste de la vida), esta institución tiende a desaparecer como una formalidad, pero continúa siendo un concepto atribuido a aquel varón que es infiel y lleva una doble vida con la segunda familia de la casa chica.