[2] Sus fundadores eran cocineros de la nobleza francesa que habían huido del país a causa de la Revolución Francesa.
A su llegada a Zaragoza, abrieron el local que contaba con un establecimiento de pastelería en la planta baja y un restaurante en el primer piso.
En 1925 la primera planta fue restaurada dotándola de detalles modernistas.
Algunos detalles decorativos destacados son la escalera de hierro forjado, el artesonado de madera y el protagonismo del suelo de parqué con maderas guineanas y canadienses.
[3] En el siglo XXI se acometió una profunda reforma del local que abrió de nuevo sus puertas en 2008 coincidiendo con la celebración de la Expo Internacional en Zaragoza.