La casa, también llamada «La Estrella», formaba parte del vasto patrimonio que la familia Álvarez-Cuevas poseía en los siglos xix y xx.
Se trata de una gran construcción que consta de casa, jardines y casa del guardés, con dos fachadas que dan a dos calles distintas.
En la fachada que da a la avenida de Cataluña hay dos puertas con arcos rebajados de piedra y todas las aberturas enmarcadas en piedra y dispuestas simétricamente.
El perímetro de la casa y el jardín está cerrado por un baluarte.
El matrimonio tuvo tres hijos que murieron sin dejar descendencia.