Hacia el fin del siglo XVIII los efectos ornamentales en la cartografía se hicieron menos populares, y su estilo evolucionó hacia inscripciones simples dentro de campos ovalados o rectangulares .El Diccionario trilingüe del castellano, vascuence y latín, editado en San Sebastián en 1745, definía la cartela como «pedazo de cartón, madera, u otra materia, a modo de tarjeta, en que se escribe algo».Su autor, el padre Manuel Larramendi, sostenía que el término tenía su origen en la voz euskera «chartela», equivalente a la latina «tábula».[2] Definiciones semejantes se encuentran en los primitivos diccionarios de la Real Academia.[4] En cartografía el elemento definido anteriormente se incorpora como parte decorativa del mapa.