Por este documento se pretende reconocer legalmente la lengua catalana como oficial en el departamento de los Pirineos Orientales, Francia.
Además, considera que este es un avance hacia la normalidad lingüística que hasta ahora no había gozado de ningún reconocimiento legal en el Rosellón por parte de Francia.
Se hace eco del interés creciente durante el siglo XXI por la lengua catalana después de encuestas sociolingüísticas.
Finalmente, considera que la supervivencia de la misma es un importante apuesta cultura, económica, política y humana por el territorio.
A la vez recuerda que esta política de promoción no se hace en detrimento de la lengua francesa oficial en toda la República Francesa como tampoco este bilingüismo no pone en cuestión el carácter oficial de la lengua francesa ni amenaza a la unidad nacional.