Los resultados fueron rápidamente corroborados por físicos experimentales, como el propio Fermi y John R. Dunning en la Universidad de Columbia.
Aun así, Szilárd no había sido capaz de conseguir una reacción en cadena generada por átomos ligeros ricos en neutrones.
Descubrieron que los átomos de hidrógeno del agua ralentizaban los neutrones, pero tendían a capturarlos.
[3] Szilárd estaba preocupado por la posibilidad de que los científicos alemanes también intentasen realizar este experimento.
Otro amigo de Szilárd, el economista austriaco Gustav Stolper, sugirió consultar el asunto con Alexander Sachs, quien tenía acceso directo al Presidente Franklin D. Roosevelt.
[12] El final de la carta, con un "Vuestro sinceramente, Albert Einstein" no alteró lo más mínimo esta impresión.
Esta carta, junto con un texto explicativo más largo, fue enviada de nuevo a Einstein.
Sin embargo, siete meses más tarde un importante avance logrado en Gran Bretaña estimaría la masa crítica necesaria en menos de 10 kilogramos, haciendo posible que una bomba atómica fuese lanzada desde un avión.
[14] La letra fue firmada por Einstein y devuelta a Szilárd, quien la recibió el 9 de agosto.
[12] Envió a Sachs las dos cartas (la corta y la larga), junto con otro texto suyo, el 15 de agosto.
Aquel día coincidió con el Presidente, con el secretario del Presidente, con el Brigadier General Edwin "Pa" Watson, y con dos expertos de artillería, el teniente coronel del Ejército Keith F. Adamson y comandante de la Marina Gilbert C. Hoover.
UU. para desarrollar una bomba atómica, pero al principio no se dedicaron los recursos necesarios con determinación.
[26] En 1947 Einstein declaró a la revista Newsweek que: "Si yo hubiera sabido que los alemanes no tendrían éxito en el desarrollo de una bomba atómica, no habría hecho nada al respecto.