Tirados por sus caballos a galope se usaban para causar estragos en las filas del enemigo.
Veintisiete mil tenía Ramsés II, llamado por los griegos Sesostris, de quien el poeta Pentaur canta hazañas prodigiosas y terribles.
Por el contrario, argumenta que los persas introdujeron el carro falcado tiempo después durante las guerras médicas, entre 467 a. C. y 458 a. C., como parte de su experiencia luchando contra la infantería pesada griega.
En la antigüedad difícilmente se podía conseguir que los caballos cargaran contra las filas cerradas de la infantería greco-macedonia.
En un tiempo en que la caballería no contaba con estribos, quizá tampoco espuelas o silla de montar útiles, aunque seguramente contaba mantas para montar, los carros falcados añadían peso a los ataques de la caballería contra la infantería.