En 1926, se elige la reina de los estudiantes (de moda en la época); en los años 30, se inicia el juego del Carnaval en Ipiales (con base en lo ideado en Pasto); aquí se fusiona con las costumbres, tradiciones y medios artísticos locales, adquiriendo su autenticidad e identidad en la forma de ejecución y presentación, hecho que lo decanta y diferencia de los demás.
En los años 40, aparecen las cabalgatas de “las familias acomodadas”, que lanzan colaciones, monedas y serpentinas, los niños y jóvenes se “hacen estropear por recogerlas”,y el pueblo se divierte con la banda municipal, luego se baila en los clubes o en casas particulares, con orquesta o la victrola; para evitar este atropello (los pisotones), el 5 de enero de 1966, sale por primera vez la familia Ipial.
En 1975, la Casa de la Cultura participa con carrozas protesta e influye, como en los años 84 lo hicieron los estudiantes de artes plásticas, (usaron espuma, que ataca la piel y la vista).
En 1995, Ipiales se concientiza, y desaparece el carnaval del agua, que se conserva en Popayán, Mocoa, Pasto y otros pueblos”, Andrés Hurtado García;[2]“Ipiales, es la excepción (…) ejemplo ecológico, para nariñenses, caucanos, ecuatorianos”, Bernardo Andrade Tapia.
[3] En este año (95), nuevos cultores del carnaval, incursionan en la presentación de carrozas, años viejos, comparsas, al igual que murgas.
En su entorno aparecen simbolismos y se desprenden imaginarios colectivos que representan la razón de ser o sentir, pensar y actuar de la gente con una acción para cada día: Existen muchos documentos en donde se puede consultar sobre el Carnaval de Ipiales, citamos:[5] Andrade T. Bernardo (Íd.