Carlos Robinson (marino)

Perdida la sorpresa las cañoneras quedaron bajo un violento fuego de tierra.

Robinson y su segundo el teniente Curry mantuvieron la posición hasta las primeras horas del 2 de marzo.

El historiador naval Angel Justiniano Carranza, quien conoció a protagonistas del hecho, escribió que Robinson "sin gorra, con el cabello desaliñado y el uniforme salpicado de sangre, con una mano aplicaba la mecha del cañón vengador, en tanto que con la otra atendía a la salvación de la nave confiada a su coraje, cuando un casco de metralla le destroza la pierna.

Cae su cuerpo, mas no se entibia su denuedo; y con el gesto, con la acción y la palabra sigue animando a los suyos hasta que una segunda bala corta aquella existencia llamada a brillantes destinos."

Pronto, cayeron también su segundo, Curry, y la mayoría de sus tripulantes (sólo sobrevivieron cuatro).