Carlos Rivas Larrauri (Ciudad de México, 1900-1944) fue un poeta mexicano, autor de la llamada poesía vernácula, para recitarse en eventos sociales y que incluye muchos vocablos tomados del lenguaje popular cotidiano.
A la edad de 5 años se trasladó con su familia a Pachuca, donde conoció la elaboración del pulque, así como la vida de los mineros y demás gente del pueblo.
Cursando el tercer año en la Escuela de Comercio abandonó sus estudios para trabajar como secretario en la Escuela Normal Rural Federal, en Ixtacuixtla, Tlaxcala, en 1930, la misma época en que comenzó a enviar poemas a una revista de la Ciudad de México, la cual los aceptó y publicó.
En su vida diaria era un hombre sumamente elocuente que se expresaba al hablar en un lenguaje culto y de amplio vocabulario, sin embargo en sus poemas, el lenguaje del autor premeditadamente se identificaba con el de la gente humilde de su país, algo muy característico en su obra.
[2] Es autor de obras conocidas entre los declamadores de poemas como "El arrabal" y "Porqué me quité del vicio" entre otros,[4] este último poema, el cual ha sido recitado por declamadores como Manuel Bernal y figuras del ámbito musical como Vicente Fernández o los Tigres del Norte;[5][6][7] sin embargo, a pesar de su popularidad, desafortunadamente la crítica oficial le ha prestado poca atención a su obra, a pesar de lo cual varias personalidades se han ocupado de ella, entre los cuales están el polígrafo, maestro y académico de la lengua Ermilo Abreu Gómez; el poeta e intelectual chileno Nicanor Parra;[1] el arquitecto, escritor y cronista Armando Jiménez Farías;[8] el periodista y prolífico escritor Alfonso Camín, que radicó en México muchos años, y René Capistrán Garza, director del diario "Novedades" y fundador de la Asociación Mexicana de Periodistas.