Carlos Puebla

Cuando iba a la escuela no abandonaba su armónica, que hacía sonar por el camino.

En los 30 del siglo XX sus canciones ya se emitían en la radio local de Manzanillo, la CMKM.

Algunas de ellas son: Quiero hablar contigo, Qué sé yo, Te vieron con él, Cuenta conmigo, Quién se lo iba a imaginar, Hay que decir adiós y Dejemos de fingir.

Tal como él mismo dice: Este lugar le sirvió para conocer a otros muchos artistas e importantes personalidades.

La guaracha Y en eso llegó Fidel es, tal como dice el título, un cambio en su obra: Carlos Puebla se convierte en cronista.

Su sitio preferido era La Casa de la Trova, donde pasaba horas con sus amigos cantando y compartiendo su bebida predilecta, el ron Pinilla.

En la tumba del artista, la cual se encuentra en el cementerio de Manzanillo, fue grabado como epitafio: