Poco tiempo después se traslada con su familia a Bogotá, donde le surgieron diversas oportunidades de crecimiento profesional.
Por aquel entonces, conoció a Carlos Gardel, de quien se cuenta que le dijo: "Pibe, no te quedes en tu tierra con esa voz".
Dadas las circunstancias, cuando aún dudaba si volver a Argentina o regresar a Colombia, le surgió un contrato para trabajar en el "Casino de la Urca" en Río de Janeiro, un club nocturno comparable entonces al Copacabana donde continuaron sus triunfos como cantante popular.
El crítico e historiador musical Irvinge Kolodin, que escribía los programas del Metropolitan, dijo que el Largo al factotum de Ramírez había sido superior a los realizados por los míticos barítonos Titta Ruffo y Ezio Pinza, en tecnologías anteriores al disco.
Grabó en 1972 su último disco LP, con arreglos y dirección del maestro Blas Emilio Atehortúa.