Se conserva en el Museo del Prado, Madrid.
El rey se muestra desinteresado pero de buen humor.
A su izquierda se pueden distinguir los símbolos de realeza: la corona y el manto de armiño, mientras el fondo es una voluminosa cortina verde.
La firmeza de las pinceladas recuerda a Velázquez, en su faceta retratista.
El mismo año, el propio Goya hizo una copia un poco más grande para la Real Academia de Historia, donde continua.