Carlos Esplá

Junto con otros jóvenes republicanos —como Juan Botella y Alonso Mallol—, en 1913 fundó El Luchador, en el que escribió numerosos artículos denunciando a la monarquía.

En 1916, tras escribir un artículo en el que acusaba a los políticos Francos Rodríguez y Melquíades Álvarez de corrupción y de traición a los ideales democráticos, fue desterrado por cuatro años a Valencia, bastión del republicanismo «blasquista»: allí siguió desarrollando su vocación periodística en el diario blasquista El Pueblo, entrando en contacto con figuras relevantes del republicanismo, como el periodista Roberto Castrovido, Marcelino Domingo, Ricardo Samper, Julio Just, Félix Azzati, o el propio Blasco Ibáñez, del que fue secretario.

En Valencia se integró plenamente en el movimiento republicano local escribiendo artículos contra los germanófilos durante la Gran Guerra, oponiéndose a la aventura colonial en Marruecos, defendiendo la escuela única y la justicia social.

En esta época, Esplá ingresó en la masonería: en 1922 se inició en la Logia Regional de Levante, tomando como nombre simbólico Gorki.

De acuerdo con los estudiosos, Esplá, ateo y anticlerical, se adhirió a la masonería por motivos estrictamente políticos.

Al final fueron siete años los que permaneció en la capital francesa, conviviendo inicialmente en una modesta pensión del Barrio Latino de París con el periodista catalán Francisco Madrid.

Posteriormente sería también corresponsal del diario madrileño El Sol, lo que le permitió viajar por toda Europa.

También colaboró intensamente con Hojas Libres, el periódico opositor a Primo de Rivera que dirigía en Hendaya Eduardo Ortega y Gasset.

Celebradas las elecciones el 11 de ese mes, el 14 por la tarde, Carlos Esplá proclamaba oficialmente la república en el gobierno civil alicantino.

Al no haber obtenido ningún candidato el 40% requerido según la ley electoral, hubo que ir a una segunda vuelta.

En febrero de 1936 fue candidato por Izquierda Republicana en la candidatura del Frente Popular, nuevamente por Alicante.

[7]​ Tras la constitución del primer gobierno Azaña, éste le ofreció a Esplá la Subsecretaría de la Presidencia, que fue rechazada.

Al finalizar la Guerra Civil, se instaló inicialmente en París, como corresponsal de una publicación argentina.