Vistió el hábito franciscano el año 1917 en la Provincia del Santísimo Redentor de Dalmacia.
Se ordenó sacerdote en 1923, y aquel mismo año lo enviaron a la Universidad Católica de Lovaina, donde obtuvo el doctorado en teología, con una tesis sobre la doctrina de Juan Duns Escoto.
Regresó a Croacia y se dedicó a la enseñanza en su Provincia, hasta que, en 1933, lo enviaron al nuevo Pontificio Ateneo Antonianum de Roma, en el que, de 1933 a 1973, desarrolló su larga y fecunda labor docente e investigadora.
En todo el periodo conciliar, Balic se mostró como uno de los peritos más activos y fecundos, cooperando a la realización del capítulo VIII de la Lumen gentium dedicado a la Virgen María.
En 1975, con ocasión del Congreso Mariológico, el Papa Pablo VI reconoció y valoró todo lo que Balic había hecho en nombre de la Orden a favor de toda la Iglesia.