Carlos Íñigo y Gorostiza
[2] A lo largo de su vida se dedicó a la pintura, con galardones en exposiciones nacionales,[2] y a la fotografía, en calidad de aficionado (fue miembro fundador de la revista Graphos Ilustrado);[3] dentro de la cual se le adscribió al movimiento pictorialista.[4] Fue autor de La Marina del Japón (1898), un estudio de la Marina japonesa,[5] que recopiló, ampliándolos, artículos publicados en la Revista General de Marina, y de Heliograbado ó fotocalcografía (1907), un manual práctico de heliograbado, técnica de la que fue un gran experto.[6] Como agregado naval de la Embajada de España en Tokio el teniente de navío Carlos Íñigo y Gorostiza realizó trabajos diplomáticos y de espionaje.Estuvo en Japón hasta 1897 (quizá llegara hacia 1895) y desde allí envió a España gran cantidad de información secreta sobre la sociedad japonesa, la situación de su flota, las relaciones políticas en la región, la composición de los puertos o la preparación de sus tropas.Todo el material delicado se conserva en el Museo Naval de Madrid,[7] incluido un gran repertorio fotográfico y cartográfico, diversos croquis, su correspondencia y el primer diccionario de bolsillo japonés-español, del que es autor.