[2] Carlina: nombre genérico que cuenta la leyenda que le enseñaron los «ángeles» a Carlomagno como debía emplearla (refiriéndose a Carlina acaulis) contra la peste, y que así libró a sus huestes de ella; y la planta se nombró así en su honor.
Más tarde, la leyenda cambió a Carlomagno por Carlos I de España.
[3] Está última «interpretación» sería la que sirvió de base a Linneo para nombrar al género.
salicifolia: epíteto que alude a la similitud de las hojas de esta planta con las del género Salix.
Se conoce como "cabezote o cardo de Cristo".