En 1863, tras la muerte de su padre, su madre se trasladó a Marburg con sus cuatro hijos.
En los años siguientes volvió a Schwalm para varias estancias de verano.
En el invierno de 1889/1890 asistió a una misa católica en Willingshausen, que le causó una impresión duradera y lo estimuló artísticamente.
En 1893, Carl Bantzer emprendió un viaje de estudios con el pintor Wilhelm Georg Ritter a Heiligenstadt, vía Hanstein a Allendorf an der Werra, Friedewald, Bad Hersfeld y Schlitz, combinado con una estancia más prolongada en Aufenau an der Kinzig y en el pueblo alfarero de Wittgenborn en el Vogelsberg.
Pero regresó a Willingshausen porque no pudo encontrar ningún modelo adecuado para su trabajo.
En 1896 hizo desmontar la iglesia de madera en Forsthof en Willingshausen y reconstruirla junto a la posada Haase para utilizarla como estudio junto a su taller.
En 1909, su alumno Kurt Schwitters fue a Willingshausen con su maestro para realizar estudios impresionistas.
Al cuadro Alte Buchen am Waldrand le siguió en 1934, Tres poderosas hayas en Willingshausen en 1937, y en el mismo año recibió la Medalla Goethe de las Artes y las Ciencias.
En 2005, el autor y médico Henning Schäfer publicó la novela Schwälmer Tanz.